Día 5: Cortrique – Geraardsbergen
Posiblemente, la más difícil de todas las rutas icónicas es la Ruta de las Colinas, siempre que no cuentes la Ruta de Flandes, que es la más extensa. Una ruta que cubre casi toda la anchura de Flandes, desde la zona de Heuvelland hasta la Voerstreek. Pasaremos por gran parte de la ruta. Hoy haremos algo menos de 100 kilómetros, con unos mil metros de altura. Es escalada y nos esperan adoquines.
Todo aquello que esperas como aficionado al ciclismo en Flandes te lo encuentras a lo largo de la ruta hacia Geraardsbergen. Pasamos por las montañas Keiberg y Tiegemberg como calentamiento, antes de pasar a la verdadera ascensión. Ascensiones famosas e infames que, a pesar de su corta distancia, se siguen considerando montañas.
El sudor gotea por mi frente y voy perdiendo el aliento mientras subo en bicicleta por la Kluisberg. También puedo ver mi compañero ciclista Lowie llegando a la cima jadeando. El Kluisbos ofrece algo de frescura, al igual que un vaso de refresco en d'Oude Hoeve, en la Ronde van Vlaanderenstraat (calle de la mítica vuelta ciclista), donde los nombres de todos los ganadores de la mayor clásica de todas están impresos en orden sobre el asfalto. Y parece que la ruta de hoy no acaba nunca. Sufrimos mucho para coronar la Kanarieberg, y la Taaienberg no es muy diferente. Y en el ascenso del Kaperij, la emoción nos embarga. Vemos que hay adoquines hasta donde alcanza la vista.
Acabamos la jornada ciclista con estilo. El Flandrien Hotel está en la ruta. Este es un lugar en el que el amor por el campo se esconde en cada grieta. Si realmente hubiéramos ido de mochileros en bici, es decir, con tienda de campaña y saco de dormir, la habríamos montado aquí, en el césped. Entre las caravanas Bianchi y Peugeot. Pero nos detenemos a tomar una cerveza y encontramos nuestro hotel a pocos kilómetros. En Zarlardinge, una aldea en la que casi no hay nada, pero sí una buena casa rural y un buen restaurante, el Sanseveria, que ponen el excelente colofón a la velada. Incluso los pueblos más pequeños de Flandes ofrecen todo lo que el ciclista de vacaciones necesita en su viaje.
