Día 3: Houthalen - Maasmechelen
- Houthalen - Maasmechelen, 55,9 kilómetros
- ruta ciclista icónica: Ruta Kempen
- Alojamiento: B&B Het Vuchterhof en Maasmechelen
Tres niños pasan el rato en un parque infantil del mercado de Eisden. Llevan camisetas de los clubes de fútbol turcos Fenerbahçe y Besiktas. Son chicos belgo-turcos. Hablamos de las minas de Eisden. Les dieron una clase sobre este tema en el colegio. «Los abuelos de los tres vinieron aquí a trabajar en las minas», dicen. «El mío trabajaba en una mina neerlandesa», respondió David. «Y el mío en Zwartberg», digo yo, un pueblo que está un poco más adelante. Ahí estamos, los chicos y nosotros; treinta años de diferencia de edad y, sin embargo, los abuelos de todos trabajaron en las minas. Eso crea un vínculo.
Esa mañana salimos de Houthalen por la vía de ferrocarril del carbón hacia Winterslag. Hoy en día, se trata de un carril bici llano que atraviesa la región minera de Limburgo, que solía transportar carbón de Beringen a Maasmechelen. Pedaleamos a través de la zona de páramos El Teut. «Tenemos suerte», dice David. «Los brezales están en su mejor momento». Mires donde mires, las plantas moradas florecen, los insectos no paran de moverse, las mariposas revolotean. Cerca de Winterslag, más cimas de minas se cruzan en nuestro camino. Marcan el anuncio de una de las mayores regiones mineras de Flandes. Otros dos enormes pozos mineros en el paisaje, los poderosos postes metálicos parecen -si sigo mirándolos el tiempo suficiente- largos brazos, sobre los que descansan los gigantes. Miles de hombres, a menudo procedentes de países como, entre otros, Turquía, Portugal e Italia, arriesgaron sus vidas en estrechos pasadizos subterráneos en busca de carbón. En la C-mine de Winterslag me hago una idea de lo que debió de ser aquello; me meto bajo tierra y recorro los pasillos por donde caminaban los mineros, por donde también debió caminar mi propio abuelo.
Esa noche, nos reunimos con el italiano Marco, en su restaurante Osteria Cellini. No sé si su familia también vino aquí por las minas, y se me olvida completamente preguntarle sobre esto, porque en cuanto ponemos un pie en su establecimiento, nos colman de platos italianos de primera, como el tierno pulpo y la fantástica pasta fresca del día. Toda esta comida combinada con vinos italianos de la Toscana, Puglia y Piamonte.